La osteoporosis es una enfermedad que afecta a los huesos y está provocada por la disminución del tejido que lo forma, tanto de las proteínas que constituyen su matriz o estructura como de las sales minerales de calcio que contiene. Como consecuencia de ello, el hueso es menos resistente y más frágil de lo normal, tiene menos resistencia a las caídas y se rompe con relativa facilidad tras un traumatismo, produciéndose fracturas o microfracturas. La densidad mineral de los huesos se mide mediante una prueba médica que se llama densitometría ósea.
La OMS la define en mujeres como una densidad mineral ósea menor o igual de 2,5 desviación estándar por debajo de la masa ósea promedio de personas sanas de 20 años, medida por densitometría ósea.[]
Esta afección se produce sobre todo en mujeres, amenorreicas o posmenopáusicas debido a la disminución de la producción de estrógenos por los ovarios y otras carencias hormonales. Otros factores que aumentan el riesgo de presentar osteoporosis son la deficiencia de calcio y vitamina D por malnutrición, el consumo de tabaco, alcohol, y la vida sedentaria. La práctica de ejercicio físico y un aporte extra de calcio antes y después de la menopausia favorecen el mantenimiento óseo.
Epidemiología
Se estima
que 1 de 3 mujeres y 1 de 12 hombres de más de 50 años sufren de osteoporosis.
Y es responsable de millones de fracturas anualmente, en muchas de las cuales
se involucran las vértebras lumbares.
Etiología
Los huesos están sometidos a
un remodelado continuo mediante procesos de formación y reabsorción, también
sirven como reservorio de calcio del organismo. A partir de los 35 años se inicia la pérdida
de masa ósea. Múltiples enfermedades o hábitos de vida sedentarios
pueden incrementar la pérdida de hueso ocasionando osteoporosis a una edad más
precoz.
Los tres
principales mecanismos que provocan la osteoporosis son:
- Falta de masa ósea suficiente
durante el proceso de crecimiento.
- Reabsorción excesiva de hueso
mediada por los osteoclastos.
- Formación inadecuada de hueso
nuevo por los osteoblastos durante el proceso continuo
de renovación ósea.
La menopausia
es la causa principal de osteoporosis en las mujeres, debido a la disminución
de los niveles de estrógenos. La pérdida de estrógenos por la menopausia
fisiológica o por la extirpación quirúrgica
de los ovarios, ocasiona una rápida pérdida de hueso. Las mujeres,
especialmente las caucásicas y asiáticas, tienen una menor masa ósea que los hombres. La
pérdida de hueso ocasiona una menor resistencia del mismo, que conduce
fácilmente a fracturas de la muñeca, columna y cadera.
Aunque la
pérdida de la función ovárica que se produce en la mujer después de la menopausia,
es la principal causa de osteoporosis, existen diferentes enfermedades o
medicamentos que también pueden provocarla. Las causas se pueden dividir en
varios grupos: endocrinológicas, por medicamentos, debidas a amenorrea, por
procesos tumorales malignos y otras.
- Endocrinológicas: hipertiroidismo,
hiperparatiroidismo, sindrome de Cushing e hipogonadismo
- Fármacos. Los más
frecuentemente implicados son corticoides,
sales de litio y anticonvulsivantes
- Procesos tumorales malignos: mieloma múltiple y metástasis
en hueso de otros tumores
- Otras: Malnutrición por anorexia nerviosa, resecciones
intestinales , colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, alcoholismo
, insuficiencia renal crónica,
artritis reumatoide, inmovilización
prolongada, otras causas de amenorrea.
Clasificación
Dependiendo
de los resultados que se obtengan en la densitometría ósea, puede realizarse la
siguiente clasificación.
- Normal. Cuando la densidad
mineral ósea es superior a -1 desviación estándar en la escala T.
- Osteopenia.
Cuando la densidad mineral ósea se encuentra entre -1 y -2.5 desviación estándar en la escala T.
La osteopenia no se incluye dentro de la osteoporosis y en general no
precisa tratamiento con fármacos.
- Osteoporosis. Si la densidad
mineral ósea en inferior a -2.5 desviación estándar en la escala T .
- Osteoporosis establecida. Cuando
existe osteoporosis y esta ha ocasionado una fractura.
La escala T
hace referencia a la media de densidad ósea de la población sana del mismo sexo
y 20 años de edad.
TratamientoEl tratamiento se basa en recomendar una cantidad adecuada de calcio en la dieta, la práctica de ejercicio físico y el empleo de medicamentos que contribuyan al mantenimiento o aumento de la masa ósea. Los principales fármacos que se utilizan son las sales de calcio solas o asociadas a vitamina D, bifosfonatos, ranelato de estroncio, raloxifeno, teriparatida, denosumab, calcitonina y tratamiento hormonal con estrógenos. Los bifosfonatos constituyen el grupo de fármacos más empleado, dentro de esta familia de medicamentos se encuentra el ácido alendrónico (alendronato), risedronato e ibandronato
Dieta, suplementos
de calcio y vitamina D
El calcio es necesario para hacer posible el crecimiento óseo, la reparación ósea y mantener la fortaleza del hueso y es un aspecto del tratamiento de la osteoporosis. Las recomendaciones de ingesta de calcio varían dependiendo del país y de la edad; para individuos de alto riesgo de osteoporosis de más de 50 años, la cantidad recomendada por las Agencias de Salud de EE. UU. es de 1.200 mg por día. Los suplementos cálcicos se pueden usar para incrementar la ingesta dietaria, y su absorción se optimiza a través de tomar en varias y pequeñas (500 mg o menos) dosificaciones a través del día.[] El rol del calcio en prevenir y tratar la osteoporosis no está claro — algunas poblaciones con extremadamente bajas ingestas de calcio también suelen tener extremadamente bajas tasas de fractura ósea, y otros con mucha ingesta de calcio a través tanto de leche como de sus derivados pueden tienen mucha fractura de huesos. Otros factores, como la ingesta de proteínas, sal, vitamina D, ejercicio, exposición al sol, pueden todas influir en la mineralización ósea, haciendo la ingesta de calcio, un factor entre muchos en el desarrollo de la osteoporosis
Ejercicio físico
Múltiples estudios confirman que mantenerse en el peso ideal y realizar periódicamente ejercicio físico aeróbico o ejercicios de resistencia, pueden mantener o incrementar la densidad ósea (DO) en mujeres posmenopáusicas. Muchos investigadores han evaluado que tipos de ejercicio son los más efectivos en mejorar la DO y otras mediciones de la calidad ósea, sin embargo los resultados varían. Un año de ejercicios regulares logra incrementar la densidad ósea y el momento de inercia de la tibia proxima[] en mujeres normales potmenopáusicas. Caminatas, entrenamiento gimnástico, stepping, jumping, endurance, y ejercicios de fuerza, resultan en un significativo incremento de las densidades óseas de L2-L4 en mujeres osteopénicas posmenopáusicas. Otros beneficios del ejercicio físico incluyen mejoras en el equilibrio y reducción en el riesgo de caídas.
Fisioterapia Madrid
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Gabinete de fisioterapia Juan Bravo 75
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