viernes, 31 de mayo de 2013

El CPFCM participa en el 8º Día Solidario de la ONG

El CPFCM participa en el 8º Día Solidario de la ONG Abenin

Niños y niñas de entre tres y ocho años aprendieron cómo prevenir lesiones musculo-esqueléticas derivadas de malas posturas gracias a talleres gratuitos realizados sobre ergonomía infantil.
 
 
El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) participó, el pasado 18 de mayo, en el 8º Día Solidario de la ONG Abenin, organizado para recaudar fondos para financiar sus proyectos de cooperación internacional, relacionados con la salud y los derechos de la infancia y que tuvo lugar en La Esfera, sede de las casas regionales del municipio de Alcobendas.

La Institución colegial impartió talleres gratuitos de ergonomía infantil, para enseñar a niños y niñas de entre tres y ocho años a prevenir lesiones musculo-esqueléticas derivadas de malas posturas adoptadas durante sus hábitos diarios. El taller corrió a cargo de las fisioterapeutas Soledad López y Victoria Yuste, que desarrollaron juegos y actividades con los niños que visitaron el evento.
 
El secretario general del CPFCM, José Santos, explicó que la Institución colegial había decidido participar en esta iniciativa porque “los fisioterapeutas estamos sensibilizados a las diferentes demandas sociales y más si cabe con los niños y niñas en situación de discapacidad motora, intelectual o mixta”.

Por este motivo, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas quería aportar “su granito de arena participando en este acto solidario para sensibilizar a la población al derecho de la infancia a una atención sociosanitaria digna”.

Centros especializados

Asimismo, Santos destacó que en los países en vías de desarrollo la fuerte presión social por parte de la comunidad condena a estos niños y a sus familias a la exclusión social, incluso expulsándolos del poblado. “En demasiadas ocasiones la exclusión puede acabar con maltratos físicos graves, con el abandono del niño o infanticidio, por eso creemos que es muy importante crear centros especializados para acoger, atender y asistir a estos niños o sus familias”, ha declarado.

Según explicó el secretario general de los fisioterapeutas madrileños, el proyecto de cooperación internacional de Abenin lleva a cabo diferentes actuaciones como la eliminación de barreras arquitectónicas; la mejora de las competencias de las cuidadoras; la creación de un aula de estimulación; así como acciones para fomentar la sensibilización pública y la comprensión de la discapacidad en estos países.

Con motivo de la celebración de este día solidario, La Esfera se convirtió en un espacio polivalente, en el que se realizaron simultáneamente varias actividades para niños, jóvenes y familias, como conciertos, sorteos, teatro, danza y talleres.

Fisioterapia Madrid centro
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Fisioterapia barrio Salamanca

El Colegio estrena nueva web de Fisioterapia


El Colegio estrena nueva web institucional con vocación de ser un referente en Fisioterapia para la profesión y el ciudadano

El nuevo portal incluye mejoras en el diseño, la navegación y la usabilidad, siguiendo al mismo tiempo estrictos parámetros de accesibilidad.
 

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) estrenará próximamente nueva web institucional, del. CPFCM, que incluye múltiples cambios para facilitar la navegación y usabilidad de la misma con el objetivo de ser un referente en Fisioterapia para la profesión y el colegiado.
 
El portal se configura como un punto de encuentro para los fisioterapeutas en pro de la calidad y excelencia en el ejercicio profesional y un servicio al ciudadano, para evitar que falsos terapeutas jueguen con su salud. Además, se potencia el apartado de educación para la salud con consejos en hábitos saludables y para prevenir lesiones.

La nueva Home presenta de manera más visible la actualidad diferenciada para ciudadanos y colegiados. Asimismo, en consonancia con los nuevos tiempos 2.0, se podrá seguir la conversación en las redes sociales del Colegio (Facebook, Twitter y Youtube) y  consultar las últimas entradas del Blog.

En un ejercicio de transparencia y Responsabilidad Social, en el apartado institucional se incorporan nuevas secciones que incluyen las memorias económica y de actividades del CPFCM. También se ha redefinido la sección de 'Fines y Funciones' por 'Estatutos y Código Deontológico', y se ha incorporado la política de calidad del Colegio certificada con la norma ISO9001:2008. Próximamente se incluirá, además, una sección específica con toda la información sobre la Responsabilidad Social de la Institución colegial.

Fácilmente se podrá descargar desde el portal, a través de un banner, la nueva app del Colegio, 'CFISIOMAD: Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid', cuyo objetivo es facilitar al ciudadano el acceso con garantías a un fisioterapeuta colegiado y ayudarle a identificar a falsos terapeutas para evitar que sea víctima de engaños o tratamientos inadecuadas que ponen en peligro su salud.
Igualmente, el CPFCM lanzará próximamente una versión de la app 'Cfisiomad Pro' para los colegiados, con el objetivo de facilitarles la realización de todas las gestiones colegiales a través de su smartphone.

La nueva web cuenta con un diseño más atractivo y claro, incorporando imágenes más relacionadas con la profesión. Todos los cambios en el portal se han realizado siguiendo los estrictos parámetros de accesibilidad que marca la certificación de Pautas de Accesibilidad al Contenido en la Web 1.0, establecidas por el W3C (Consorcio de la World Wide Web).

En la actualidad, la web del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid cuenta con un buen posicionamiento, creciendo en tráfico y número de visitantes únicos todos los meses (entre 17.000 y 21.000 visitantes únicos mensuales) con respecto al año pasado. El objetivo de la mejora del portal es seguir creciendo y ser  un referente en la Fisioterapia, tanto para el colegiado como para el ciudadano.


Centro Fisioterapia Madrid. Fisioterapia barrio Salamanca
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CPFCM. Grupo de Trabajo de Enfermedades Raras


El CPFCM incorpora un representante al Grupo de Trabajo de Enfermedades Raras del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad

En España, hay más de tres millones de personas afectadas por estas enfermedades
 
La vocal de la Junta de Gobierno de la Institución colegial, Lorena García Cabello, se ha incorporado ya a este Grupo de Trabajo, cuya primera reunión fue el pasado miércoles 22 de mayo.
 
 
La Fisioterapia estará presente en este grupo a través del Consejo General, el cual ha creado un Grupo de Trabajo compuesto por Lorena García Cabello y Antonio Ríos Cortés, secretario general del Colegio de Fisioterapeutas de la Región de Murcia.
 
El miércoles 22 de mayo fue la primera reunión de arranque de este Grupo de Trabajo del Consejo Asesor.

Más de 7.000 patologías

Las enfermedades raras son aquellas que tienen una baja incidencia en la población. Para ser considerada como rara, cada enfermedad específica solo puede afectar a un número limitado de personas. Concretamente, cuando afecta a menos de cinco de cada 10.000 habitantes.

Sin embargo, las patologías poco frecuentes afectan a un gran número de personas ya que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen cerca de 7.000 enfermedades raras que afectan al siete por ciento de la población mundial. En total, se estima que en España existen más de tres millones de personas con enfermedades poco frecuentes.

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El número de fisioterapeutas colegiados aumentó un 3,1 por cien


El número de fisioterapeutas colegiados aumentó un 3,1 por ciento en 2012

Se alcanzó una tasa de 84 fisioterapeutas por cada 100.000 habitantes
 
Tras dentistas y podólogos es el colectivo que más incremento registra, según recoge la Estadística de Profesionales Sanitarios Colegiados del Instituto Nacional de Estadística (INE).
 
El número de fisioterapeutas colegiados en España aumentó en 1.150 personas (un 3,1 por ciento más) hasta alcanzar un total de 38.630 en 2012, según se recoge en la Estadística de Profesionales Sanitarios Colegiados publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado 21 de mayo.
 
Al igual que en los últimos tres años, el colectivo de fisioterapeutas se encuentra entre los tres que registraron mayores incrementos, tras los dentistas (con un 7,5 por ciento) y los podólogos (con un 4,1 por ciento). Los que menos crecieron fueron los veterinarios (0,1 por ciento), los ópticos-optometristas (0,5 por ciento) y los farmacéuticos (0,8 por ciento).

Con respecto a la tasa de profesionales sanitarios, en 2012 había colegiados 84 fisioterapeutas por cada 100.000 habitantes. Atendiendo a su situación laboral, la tasa de colegiados no jubilados se situaba en 83,2 por cada 100.000 habitantes.

 

Profesionales por sexo y edad
 
Según se desprende de los datos del INE, la profesión sanitaria en general tiene una presencia mayoritariamente femenina. En total, en siete de las 11 profesiones analizadas en 2012 había más mujeres colegiadas que hombres. Además, en las otras cuatro (colegios de médicos, veterinarios, protésicos dentales y físicos con especialidad sanitaria), la diferencia entre ambos sexos continuó acortándose.

En el caso concreto de los fisioterapeutas, el porcentaje de mujeres colegiadas fue de un 67,7 por ciento.

Este mayor índice de feminidad es más patente aún en los grupos más jóvenes. Dentro de los menores de 45 años, hay al menos dos mujeres por cada hombre colegiado en cada una de las profesiones sanitarias, incluida la Fisioterapia, exceptuando los veterinarios y protésicos dentales. El colectivo de fisioterapeutas es el que registra un mayor porcentaje de mujeres colegiadas en este grupo de edad, llegando al 90,7 por ciento.

La Estadística de Profesionales Sanitarios Colegiados también recoge los datos por comunidades autónomas. En este sentido, las que registraron una mayor tasa de fisioterapeutas colegiados en 2012 fueron la Comunidad de Madrid y Cataluña, con 120,2 y 113,6 colegiados, respectivamente, por cada 100.000 habitantes.

La Estadística de Profesionales Sanitarios Colegiados investiga el número y características de los profesionales del ámbito de la salud inscritos en sus respectivos Colegios o Consejos profesionales.
Se elabora en el Instituto Nacional de Estadística de forma ininterrumpida desde el año 1953. A partir del año 2003, se modificó la publicación como consecuencia de la adaptación del cuestionario a los requerimientos de distintos organismos internacionales.

Fisioterapia Madrid
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domingo, 19 de mayo de 2013

Fisioterapia Madrid. Inducción Miofascial


Inducción Miofascial
 
La Inducción Miofascial es una rama de la fisioterapia dirigida al tratamiento manual de los desórdenes más comunes que afectan al aparato locomotor como consecuencia de diferentes tipos de traumatismos, como también a raíz de los cambios relacionados con el proceso reumático, artrítico o artrósico que afecta el funcionamiento de la columna vertebral, las rodillas, los hombros y otras articulaciones del cuerpo.

En el proceso del tratamiento, el fisioterapeuta utiliza suaves estiramientos, presiones sostenidas y un posicionamiento especial para lograr cambios en el desenvolvimiento mecánico del cuerpo y así aliviar el dolor como también recuperar la alterada función corporal.

Las típicas dolencias tratadas exitosamente con las Técnicas Miofasciales son: lumbalgias, cervicalgias, dorsalgias, hombros dolorosos, cefaleas, síndrome de la fatiga crónica, problemas menstruales, codo de tenista, secuelas del latigazo cervical, síndrome del túnel del carpo, escoliosis. Es también un tratamiento complementario dentro del tratamiento de la fibromialgil.

Somato emocional
La Inducción Miofascial es un concepto de tratamiento de las lesiones del aparato locomotor, a base de técnicas de evaluación y tratamiento, de compresiones manuales tridimensionales sostenidas a través de diferentes niveles de movimientos corporales en todo el sistema facial, con el objetivo de eliminar las limitaciones funcionales. La eliminación de las restricciones permite reestablecer el equilibrio corporal, eliminar los síntomas dolorosos y recuperar la alterada función del aparato locomotor.

El tratamiento a través de la aplicación de las técnicas de Inducción Miofascial tiene como principal objetivo, permitirle al paciente un pronto y, en lo posible, completo reestablecimiento de la homeostasis corporal.

Una correcta evaluación y un adecuado tratamiento de las restricciones del sistema miofascial es una herramienta indispensable en un protocolo moderno del tratamiento en los cambios funcionales del aparato locomotor.
 
Manipulación de las fascias
La Fisioterapia y todas las Escuelas de Terapia Manual dedican mucha atención a la evaluacón y al tratamiento manipulativo de los tejidos blandos, consiguiendo rápidamente resultados positivos en casos de dolores o disfunciones del aparato locomotor.

La Manipulación de la Fascia, gracias al trabajo del autor Luigi Stecco, centra su atención en la anatomía del tejido conectivo denso (Fascia) y en el rol que este componente del aparato locomotor tiene como elemento que complementa la actividad del Sistema Nervioso Central y Periférico en la organización y gestión del movimiento. El conocimiento en profundidad de la estructura del tejido conectivo, de sus relaciones con las fibras musculares y de la inervación que recibe, nos permite formarnos una visión original de la anatomía, desde un punto de vista funcional: a partir de aquí se sigue un proceso de evaluación que permite al terapeuta localizar con precisión dónde buscar las alteraciones existentes en la Fascia, reconocer fácilmente un cambio en la estructura del conectivo y la consiguiente pérdida de movilidad/deslizamiento de la misma Fascia, y al final tratar esa zona para que, una vez terminada la sesión, se aprecie ya un resultado evidente, que deberá mantenerse en el tiempo.



Fisioterapia Madrid
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Inducción Miofascial

jueves, 16 de mayo de 2013

Los músicos sufre alguna tipo de lesión derivada de su profesión.

Más del 75 por ciento de los músicos sufre alguna lesión derivada de su profesión

La Institución colegial ha alertado de esta situación y ha dedicado la quinta recomendación de su campaña '12 meses, 12 consejos de salud' a los profesionales de la música y las artes escénicas. Además, está diseñando un proyecto piloto para concienciar a los formadores y alumnos de las Escuelas Municipales de Música de la importancia de la ergonomía y las buenas prácticas.
 
Más del 75 por ciento de los músicos sufre alguna lesión derivada de su profesión a lo largo de su carrera. Por este motivo, la Institución colegial ha dedicado la quinta recomendación de su campaña '12 meses, 12 consejos de salud' a los profesionales de la música y las artes escénicas. Así, a través de las redes sociales, el Colegio difundirá un corto de animación que recordará a los profesionales de las artes escénicas cómo desarrollar su actividad, de la manera más saludable posible.
 
Según el CPFCM, los trastornos músculo-esqueléticos afectan aproximadamente a entre un 50 y un 65 por ciento del colectivo y los problemas auditivos a un 90 por ciento. Esto se debe a las largas jornadas de ensayo en las que se realizan movimientos repetitivos, en ocasiones forzados y adoptando posturas inadecuadas
 
En este sentido, el secretario general del CPFCM, José Santos, ha explicado que “el  mantenimiento de posturas forzadas durante largo tiempo, genera presiones continuadas en determinados grupos musculares, lo que puede traer consecuencias negativas para las muñecas, antebrazos, hombros, zona lumbar, brazos y cuello”.
 
Cada instrumento, una patología asociada
 
De hecho, Santos ha advertido que hay algunas patologías asociadas a un determinado tipo de instrumento. Así, ha asegurado que "quienes tocan el violín, el chelo o el piano, son más propensos a desarrollar dorsalgia, cervicalgia, lumbalgia o trastornos músculo-esqueléticos de los miembros superiores; quienes elijen la flauta, corren el riesgo de padecer  problemas de muñeca, dedos o distonía en los labios, y quienes optan por el oboe, deben prestar especial atención ante una posible dilatación pulmonar o faringitis crónica".

Santos ha añadido que, para valorar los riesgos a los que están sometidos los artistas, se debería hacer una evaluación de la situación personal de cada uno, teniendo en cuenta el lugar de trabajo, las enfermedades profesionales asociadas y la relación de puestos, entre otros aspectos.

El Colegio ha hecho varias recomendaciones a estos profesionales, entre otras no aumentar bruscamente las horas de ensayo; realizar estiramientos de la musculatura, de unos 30 segundos, antes y después de ensayar, para reducir la tensión; mejorar el rendimiento y la coordinación de los movimientos evitando la aparición de lesiones; y realizar pausas de entre cinco y diez minutos cada media hora para estirar la musculatura, mover suavemente las zonas más tensas y andar
 
Prevención en los pequeños artistas
 
Según ha explicado José Santos, los jóvenes artistas, sus profesores y las instituciones, por regla general, no advierten la gravedad y la importancia de las lesiones que se pueden sufrir en el mundo de las artes escénicas. Sin embargo, “se debe superar la creencia de que hay que sufrir para hacer arte”.
Por este motivo, y con el objetivo de promocionar la Fisioterapia en las Artes Escénicas, el CPFCM ha formado a un grupo de profesionales y ha desarrollado una campaña de prevención de lesiones en pequeños artistas.

“Desde el Colegio estamos diseñando un proyecto piloto para concienciar a los formadores y alumnos de las Escuelas Municipales de Música, de la importancia de la ergonomía y las buenas prácticas en la profesión, para evitar futuras lesiones que puedan llegar, incluso, a  incapacitar al artista para el desempeño de su profesión”, ha explicado el secretario general de la Institución colegial.

La campaña comenzó el pasado mes de marzo con la celebración de unos cursos de formación específicos para los profesionales de la Fisioterapia. “Queremos especializar a nuestros profesionales para que, al margen de las prácticas terapéuticas, sean expertos en la técnica de cada instrumento y en las  necesidades de la actividad artística, para que sean capaces de identificar las malas prácticas y corregirlas”, afirmó Santos.



Fisioterapia Madrid Juan Bravo 75
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viernes, 10 de mayo de 2013

Articulación temporomandibular (ATM)




            La ATM forma parte de un conjunto de estructuras óseas que están estrechamente relacionadas. Una de ellas es la mandíbula que al ser el único hueso móvil de la cabeza, se articula con el hueso temporal por una doble articulación, derecha e izquierda que se mueven simultáneamente y sinérgicamente. Por otro lado, al tener la mandíbula articulada a las piezas dentales inferiores con las piezas dentarias superiores, constituyen la articulación dentarias las cuales están estrechamente relacionadas con la ATM, por lo tanto cualquier alteración el articulación dentarias o en la ATM repercutirá directamente sobre la otra. 

            Esta  articulación temporal mandibular es tipo de diartrosis, bicondílea. Y  las piezas que entran en su formación son: la parte anterior de la fosa de la mandíbula del hueso temporal y del tubérculo articular arriba; y el cóndilo de la mandíbula abajo

            El cóndilo mandibular es una eminencia elipsoide alargada en sentido transversal , convexa en sentido anteroposterior y lateral, con su eje mayor oblicuo hacia atrás y adentro. Está unido a la rama de la mandíbula por una zona estrechada denominada cuello del cóndilo, en cuya porción ánterointerna se inserta el haz inferior del músculo pterigoídeo lateral.
 
            La superficie articular del hueso temporal se haya constituida por la cavidad glenoidea y el cóndilo o raíz transversa del cigoma. La cavidad glenoidea es una depresión alargada en sentido transversal que se extiende desde la raíz longitudinal del cigoma hasta la espina del esfenoides y desde la pared anterior del meato acústico externo hasta el cóndilo del temporal. La porción anterior es lisa y articular quedando separada de la porción posterior rugosa y no articular por la cisura de Glasser (tímpano escamosa), adoptando una forma triangular de base externa y vértice interno amplio y cuyos límites son: por fuera la raíz longitudinal del cigoma, por delante la raíz transversa del cigoma o cóndilo del temporal, por atrás la cisura de Glasser y por dentro la espina del esfenoides.

            Cabe hacer presente, que la superficie articular del temporal y la del cóndilo mandibular se encuentran recubiertas por un tejido fibrocartilaginoso , que se compone de una capa profunda de cartílago hialino y una superficial de tejido fibroso que no posee vasos ni nervios, efectuándose su nutrición por un mecanismo de imbibición de la membrana sinovial.

Esta articulación posee un disco interarticular de naturaleza fibrocartilaginosa, el cual es una placa fina, oval, que asegura la adaptación de las superficies condíleas, el cual esta colocado entre el cóndilo de la mandíbula y la fosa de la mandíbula,  orientado ligeramente oblicuo hacia adelante y bajo. Y divide a la cavidad articular en una supradiscal o temporodiscal y otra infradiscal o mandíbulodiscal. La cara superior del disco es convexa en la zona que corresponde a la cavidad glenoidea y cóncava en la zona que corresponde al cóndilo temporal, en cambio su cara inferior es totalmente cóncava cubriendo la vertiente anterior y la arista del cóndilo mandibular. La periferia del disco es más gruesa que su porción central que tiene un grosor de  1,4 mm. Las extremidades laterales se hayan unidas a las extremidades internas y externas del cóndilo, desplazándose por esta razón junto a éste en los movimientos de propulsión mandibular. Además, este menisco se une por detrás y por delante a la cápsula de la articulación, insertándose en este punto las fibras musculares del haz superior del pterigoídeo lateral que a través de la cápsula se fijan al borde anterior del disco. Actúa como elemento estabilizador del cóndilo en estado de reposo de la articulación y como elemento armonizador de las superficies articulares en los movimientos de desplazamiento que ejecuta el cóndilo. Además como el disco está firmemente adherido, lo sigue en todos sus desplazamientos, actuando como protector de las superficies óseas y amortiguador de las presiones en las vías de contacto articular. El músculo pterigoídeo lateral a través de su fascículo superior que se inserta en la cápsula a nivel del disco y de fascículo inferior que se inserta en el cuello del cóndilo, actúa estabilizando el disco y el cóndilo, posibilitando que estos dos elementos se muevan en forma conjunta y armónica en todos los desplazamientos que ejecuta la mandíbula.

            La Cápsula Articular es un manguito fibroso que envuelve la articulación temporomandibular insertándose en la parte alta en todo el perímetro de la superficie articular del temporal y en la parte inferior rodea el cuello del cóndilo, insertándose en él descendiendo más en su porción posterior, que en su parte anterior. Este ligamento capsular es mucho más laxo en su parte posterior que en su porción anterior y mucho más tenso por su cara externa e interna, donde se encuentra reforzado por los ligamentos laterales externo e interno respectivamente. Así como estos ligamentos limitan los movimientos retrusivos de la mandíbula protegiendo los tejidos retroarticulares; así también , la cápsula articular posee en su parte posterior algunas fibras elásticas o frenadoras del menisco , que se insertan en él y que limitan su desplazamiento exagerado en los movimientos de propulsión mandibular.

            La membrana sinovial es un delgado revestimiento muy vascularizado que tapiza por dentro la cápsula articular, respetando aquellas zonas de la articulación que están sometidas a presión o soportan carga durante los movimientos funcionales de ésta, como son por ejemplo la superficie articular del temporal con la vertiente posterior del cóndilo, las superficies articulares del cóndilo mandibular y áreas del menisco que soportan presión. Existe una sinovial para cada cavidad articular, la supradiscal, que tiene la forma de un cilindro que tapiza la cara interna de la cápsula y la infradiscal, que es menos extensa y laxa que la superior. Este tejido sinovial produce un líquido que es un trasudado de los vasos sanguíneos que nutren la cápsula, dándole lubricación y nutrición a las superficies internas de la articulación y facilitando su deslizamiento.

El aparato ligamentoso de la articulación témporo-mandibular está representado además de la cápsula articular que ya fue descrita, por los ligamentos de refuerzo y los ligamentos accesorios. Entre los ligamentos de refuerzo de esta articulación, se pueden describir:
 

  • Ligamento lateral externo o temporomandibular, que posee una forma triangular insertándose en la parte alta de la raíz longitudinal del cigoma y tubérculo cigomático, convergiendo sus haces fibrosos hacia abajo y atrás e insertándose en la parte postero externa del cuello del cóndilo. Constituye un medio de refuerzo de la cápsula de la articulación y habitualmente se le confunde con ella

  • Ligamento lateral interno o Esfenomandibular, es más pequeño y delgado que el externo, insertándose arriba en la base de la espina del esfenoides y abajo en la porción posterointerna del cuello del cóndilo. Refuerza la cápsula por dentro, siendo su importancia funcional menor.

  • Ligamento frenomeniscal posterior, constituido por fibras de refuerzo de la cápsula de naturaleza elástica, que se extiende desde la cisura de Glasser al menisco y al cuello del cóndilo. Se considera a este ligamento como un elemento que limita el desplazamiento del cóndilo y del menisco hacia adelante, ayudando a volverlos a su lugar en el movimiento de retropulsión mandibular.


  • El ligamento de Estilo mandibular o ligamento estilomaxilar, es una venda especializada de la faja cervical, que extiende entre el vértice de la apófisis estiloides y el borde parotídeo de la mandíbula (parte posterior del rama de la mandíbula), entre el masetero y de pterigoideo. Aunque está clasificado entre los ligamentos del empalme temporomandibular, puede ser considerado solamente como accesorio a él. extendido

 El estudio de los músculos que mueven esta articulación y que están ligados a la mandíbula es importante. Estos músculos se conocen con el nombre de Músculos Masticadores y están representados por los Cráneo mandibulares (Temporales, Maseteros, Pterigoídeos laterales y mediales) y por los Hiomandibulares (Milohioídeos y Vientres anteriores del Digástrico). Los músculos temporal, pterigoídeo lateral y vientre anterior del digástrico poseen fibras musculares largas, orientadas en sentido longitudinal, capaces de acortarse en grado máximo y de acción rápida; en cambio los músculos masetero y el pterigoídeo medial poseen fibras más cortas y gruesas que toman la dirección de las fuerzas, siendo de acción más lenta y de resistencia mayor.

 
·         Músculos Temporal: sus fibras ocupan la fosa temporal y desde sus distintos puntos de inserción van convergiendo en forma de abanico hacia la apófisis coronoides de la mandíbula. En un músculo ancho y plano que posee tres tipos de fibras, anteriores o verticales, medias u oblicuas y posteriores y horizontales. Actúa en conjunto como un músculo elevador y estabilizador mandibular, contribuyendo sus fascículos posteriores a la retropulsión de la mandíbula. Por sus fibras musculares largas produce movimientos mandibulares rápidos y cortos, pero no tan poderosos como el masetero y el pterigoídeo medial

 
  • Músculos Masetero: el más potente de los masticadores posee fibras que se extienden oblicuamente desde el arco cigomático y malar a la cara externa y ángulo de la mandíbula. Posee fibras musculares superficiales de dirección oblicua y fibras musculares profundas de dirección vertical, ambas son cortas, pero capaces de ejercer fuerzas de contracciones largas y poderosas, sobre los molares y la articulación temporomandibular.


  • Músculo Pterigoídeo Medial: músculo grueso y poderoso extendido oblicuamente entre la fosa pterigoídea y la cara interna del ángulo mandibular. Su acción es similar a la del músculo masetero, no siendo tan acentuada y llevando con su contracción la mandíbula hacia arriba y adelante, funcionando sinérgicamente con éste.


  • Músculo Pterigoídeo Lateral: músculo corto, extendido en el plano horizontal y formado por dos vientres o fascículo. El fascículo superior o esfenoidal se extiende, desde la cara cigomática del ala mayor del esfenoides hacia atrás y afuera, hasta insertarse en la cápsula de la articulación temporo-mandibular, a nivel del borde anterior del disco interarticular; mientras que, el fascículo inferior o pterigoídeo se extiende desde la cara externa de la apófisis pterigoides, hasta la porción ántero-interna del cuello del cóndilo mandibular. La contracción de ambos músculos pterigoídeos externos en forma, simultánea, provoca el movimiento de propulsión mandibular y la contracción unilateral, provoca un movimiento de la mandíbula hacia el lado opuesto ya que al contraerse, lleva el cóndilo de ese lado hacia adelante, abajo y adentro. Además, este músculo sirve para estabilizar el cóndilo y el menisco interarticular, evitando que estos sean forzados hacia arriba y atrás cuando se ejerce una presión extrema durante la masticación. Las fibras horizontales del músculo temporal actúan como antagonistas de este músculo, retruyendo la mandíbula cuando ésta ha sido desplazada hacia adelante por acción de los pterigoídeos externos. 

·         Músculo Milohioídeo: ancho y aplanado se extiende desde la línea oblicua interna o milohioídea de la mandíbula en forma oblicua hacia abajo y adentro hasta la línea ½ y cara anterior del hueso hioides, donde unido con el del lado opuesto forman un rafe fibroso milohioídeo, que constituye el piso del compartimiento sublingual. Este músculo es depresor de la mandíbula si tomo por punto fijo el hueso hioides, que ha sido previamente fijado por acción de los infrahioideos. En caso contrario, si toma por punto fijo la mandíbula es elevador del hioides, estabilizando y elevando la lengua durante la deglución.


·         Vientre Anterior del Músculo Digástrico: alargado y extendido entre la fosita digástrica ubicada en el borde basilar de la mandíbula a ambos lados de la sínfisis y el tendón intermedio de este músculo. Está unido al hueso hioides por una bandeleta fibrosa constituyendo la unión entre vientre anterior y posterior. Su acción consiste en llevar la mandíbula hacia abajo y hacia atrás, cuando el hueso hioides ha quedado fijo en posición por acción de los músculos estilohioídeos e infrahioídeos.


Considerando esta premisa previa, la mandíbula puede realizar once clases de movimientos, agrupados en seis movimientos fundamentales y cinco movimientos accesorios, a saber:

Movimientos fundamentales

1. Descenso

2. Ascenso

3. Propulsión

4. Retropulsión

5. Lateralidad Centrífuga (derecha e izquierda)

6. Lateralidad Centrípeta (derecha e izquierda)

Movimientos Accesorios

7. Intrusión

8. Extrusión

9. Retrusión

10. Protrusión

11. Circunducción

Todos estos movimientos, excepto el de Circunducción se realizan de a pares, es decir el primero es el movimientos inicial y el segundo es el movimiento de retorno.

Movimiento de Apertura o Descenso Mandibular, posee dos fases perfectamente marcadas. La primera fase consiste en un desengranamiento de las cúspides de las piezas dentarias, realizándose una rotación del cóndilo dentro de la cavidad glenoidea, a expensas de la articulación infradiscal. Esta acción es debida fundamentalmente a una relajación de los músculos elevadores y a una contracción del Milohioídeo y Vientre Anterior del Digástrico.

En la segunda fase del movimiento de apertura, el cóndilo mandibular se desplaza hacia adelante, siguiendo el plano de la vertiente posterior del cóndilo temporal, acompañado del menisco interarticular que se encuentra firmemente unido a él. Esta segunda acción se ha producido a expensas de la articulación supradiscal llegándose a la posición de apertura máxima, en la que el cóndilo mandibular enfrenta al cóndilo del temporal, por contracción sostenida y simultánea de los Pterigoídeos Laterales.

Movimientos de Cierre o Ascenso Mandibular, consiste en la vuelta al punto cero, siendo combinado en dos tiempos al igual que el movimiento de apertura. Primero el cóndilo regresa desde la apertura máxima hasta la cavidad glenoidea funcionando la articulación supradiscal y accionado por la contracción simultánea de los fascículos horizontales y oblicuo del músculo temporal, ayudado además por la contracción de algunos fascículos del Masetero y Pterigoídeo Medial.

Cuando el cóndilo ya se ha ubicado en el fondo de la cavidad glenoidea , se realiza el movimiento de rotación sobre un eje transversal, interviniendo la articulación infradiscal y por acción sostenida de fascículos del Masetero y Pterigoídeo Medial, al que se agregan los fascículos verticales del Temporal.

Movimiento de Propulsión Mandibular o desplazamiento de mandíbula hacia adelante, en la que el cóndilo de la mandíbula se desliza por la guía de la vertiente posterior de la raíz transversa el cigoma y por la guía que siguen los bordes iniciales de los dientes incisivos inferiores, sobre la cara palatina de los incisivos superiores.

Movimiento de Lateralidad Centrífuga: en el que la mandíbula se desliza desde la línea ½ hacia los costados, ya sea derecho e izquierdo, por contracción unilateral de uno de los músculos Pterigoídeos Laterales, determinando que el mentón se desplace hacia el lado contrario del músculo que se contrajo. El cóndilo del lado de la contracción muscular, se proyecta hacia adelante hasta enfrentar la raíz transversa del cigoma, mientras que el del lado contrario, retrocede ligeramente y rota levemente sobre un eje vertical.

Movimientos de Lateralidad Centrípeta: que no es otra cosa que el retorno de la mandíbula y mentón a la línea ½, desde el movimiento anterior. Se produce por contracción de las fibras horizontales del Temporal y relajación del Pterigoídeo Lateral contraído del mismo lado.

Los movimientos mandibulares accesorios son de escasa magnitud y producto de la incorporación de mayor cantidad de fibras musculares a la contracción, llegando en algunos casos a ser movimientos forzados y no habituales en el individuo, excepto el movimiento de circunducción, que es una combinación de todos los movimientos.

Movimientos de Intrusión Mandibular que se realiza estando la mandíbula en oclusión y por intensificación de la contracción de los músculos elevadores (Masetero, Pterigoídeo Interno y fibras verticales del Temporal). Consiste en "introducir" las piezas dentarias en sus respectivos alvéolos, estirando las fibras periodentales y comprimiendo los tejidos interpuesto entre las superficies articularres de la articulación Témporo-Mandibular.

Movimiento de Extrusión Mandibular que es el retorno del movimiento anterior, gracias a la relajación de algunas fibras los músculos elevadores y a la resistencia del periodonto y de los tejidos blandos articulares.

Movimiento de Retrusión Mandibular en el que el cóndilo gracias a la posibilidad de comprimir un tanto el tejido celular laxo retro-articular existente inmediatamente por delante de la pared anterior del meato acústico externo, puede ser llevado a una posición más posterior.

Movimiento de Circunducción, realmente se realiza durante la masticación y es producto de la combinación de todos los movimientos anteriores, partiendo desde la oclusión céntrica, pasando por todos los movimientos y volviendo al punto inicial.



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jueves, 9 de mayo de 2013

Charnela cérvico dorsal

Charnela cérvico dorsal

Desde un punto de vista mecánico la C/D (Cérvico Dorsal) tiene el reto inherente a cualquier charnela que no es otro que adaptar su anatomía facetaria al cambio de curva permitiendo el paso gradual de lordosis a cifosis en dos o tres segmentos vertebrales. De entrada, este reto supone para la unión C7-T1 el máximo decalaje en la plomada entre los cuerpos vertebrales y la línea de gravedad. No es estraño pues que la última cervical precise una apófisis espinosa considerablemente más larga (vertebra prominens) que las demás cervicales para compensar esta situación y para permitir a las inserciones del paquete musculoaponeurótico (entrecruzado y extremadamente potente en esta zona) estabilizar la fuerza de cizallamiento resultante. Dicha fuerza de cizallamiento se ve incrementada por un segundo reto biomecánico aún mayor. A diferencia de la T/L, la C/D une dos curvaturas con mecánicas cinéticas totalmente opuestas. Pasamos de una lordosis cervical extremadamente móvil a una cifosis dorsal con poco rango de movilidad diseñada para la estabilidad y la protección a través del sistema esterno-costo-clavicular. Dicho de otra manera, el segmento craneocervical presenta una movilidad desestabilizadora para la C/D, fijada a la rigidez torácica. El cizallamiento propio de esta charnela es resultado del empuje de T1 hacia atrás (gracias a la 1a costilla) en contra de la tracción de C7 hacia adelante.

Esa necesidad de freno agota con facilidad los recursos musculares convirtiendo esta zona en terreno abonado a la fibrosis y a la hipertonía. Especialmente en aquellas personas con cuellos largos (brazo de palanca), aquellos pacientes con morfotipos más estáticos y por tanto con menos recursos disipadores de carga o aquellos con tendencia a la antepulsión cefálica por la razón que sea. Pero aquí no acaba todo, por si fuera poco, la C/D recibe la carga proveniente de la cintura escapular y las influencias del trabajo de las EESS sumándole, al vector de cizallamiento, un movimiento nada fisiológico para esta charnela, es decir, la rotación. Fisiológicamente se le atribuye a la C/D unos 5º de rotación acoplados a otros 5º de lateroflexión o sidebending. En pacientes que o bien duermen en decúbito prono o que utilizan de forma mucho más predominante una de las extremidades superiores, el componente de rotación se suele percibir en la charnela C/D favoreciendo la disfunción a este nivel.

En segundo lugar quiero hablar del componente autonómico, imprescindible siempre en nuestro abordaje osteopático. En la zona C/D encontramos el origen preganglionar de las  fibras que formaran la cadena simpática cervical y las fibras torácicas superiores encargadas principalmente de la inervación simpática al corazón. Igual que en el componente mecánico, EESS y C/D están otra vez en relación al ser las fibras postganglionares básicamente del ganglio de T2 (y en menor grado T3) las que inervan la vasculatura, las glándulas sudoríparas y los pieloerectores de la extremidad superior (ramos comunicantes grises de C7,C8 y T1 principalmente). Hay que hacer una mención especial al Ganglio estrellado por su situación anatómica totalmente adyacente a la unión C7/T1 y a la cabeza de la primera costilla. De este ganglio, formado por la unión del ganglio cervical inferior y el primer ganglio torácico (en un 84% de los casos) salen aproximadamente 17 ramas postganglionares con destinos bien distintos: arteria vertebral, tiroides, nervio frénico, corazón, nervio laríngeo recurrente, esófago, pulmón, 8º nervio cervical y 1r nervio torácico. Se puede considerar un pequeño centro de sinapsis simpáticas y por lo tanto debe estar en nuestra mente en el abordaje de las disfunciones somáticas de la charnela C/D (siempre con un altísimo grado de facilitación segmentaria e implicación neurovegetativa)

Alguien dijo que la estructura gobierna la función y, por muy criticada que actualmente sea esta idea, en el abordaje clínico de las charnelas y en especial en la C/D, no hay mejor precepto a tener en nuestra mente. Si la integridad de las charnelas contribuye a mejorar la disipación de la carga a lo largo de todo el raquis, si esta es su función, su estructura y su movilidad debe ser preservada a toda costa. La famosa “giba de bisonte”, o el “cuello de buitre” nos muestra una C/D sin recursos, totalmente vencida por la gravedad y la palanca del complejo craneocervical. Con el tiempo, eso implica aumento en el tono simpático a todas las estructuras que he mencionado antes, posibles irradiaciones en 4º, 5º dedo, fibrosis crónica en el tejido blando y una pérdida de eficiencia mecánica global del raquis. Su tratamiento será distinto en cada paciente, dependerá de los mil factores que condicionan una o otra elección terapéutica pero entender su biomecánica, su función y sus debilidades, nos ayudará a canalizar mejor nuestro tratamiento osteopático.


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Síndrome de Dupuytren o enfermedad de Dupuytren.

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La enfermedad de Dupuytren (también llamada contractura de Dupuytren) es una afección de origen desconocido que provoca el cierre progresivo de la mano por retracción de la aponeurosis palmar superficial. En una mano normal existe un tejido que se encuentra ubicado entre la piel y los tendones flexores denominado aponeurosis palmar superficial. Este tejido tiene la forma de un triángulo cuyo vértice se encuentra en la muñeca y su base está dirigida hacia los dedos. A su vez esta aponeurosis tiene prolongaciones que van hacia cada uno de los dedos y el pulgar. La retracción de la aponeurosis palmar y sus prolongaciones digitales van formando nódulos y cuerdas fácilmente palpables que cierran lenta pero progresivamente la mano. Generalmente los dedos involucrados son el meñique y el anular, pero todos pueden afectarse aisladamente o en conjunto.

Factores de riesgo y posibles causas

La operación regular de maquinaria pesada incrementa el riesgo de desarrollar la contractura de Dupuytren; la historia familiar, diabetes, enfermedad hepática, alcoholismo, epilepsia, tuberculosis pulmonar, son también factores a tener en cuenta. La cirugía de mano puede paliar el crecimiento de nódulos y tendones, si una inclinación existe antes. La contractura puede ser acompañada de síndrome fibroso como la enfermedad de La Peyronie, enfermedad de Ledderhose y la tiroiditis de Riedel.

Los descendientes de pueblos del norte europeo presentan un riesgo mas alto. Samuel Beckett, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Bill Nighy son algunos pacientes famosos. Aunque hay una predominancia caucásica, muchos negros caribeños pueden presentar esta contractura.

Esta enfermedad es una afección muy específica y afecta principalmente a:

  • Poblaciones con ancestros de Escandinavia, norte de Europa,[1] particularmente los descendientes de vikingos y normandos.
  • Hombres más que mujeres (en la proporción 10:1)[]
  • Población de mas de 40 años
  • Población con historia familiar (60 a 70% de aquellos afectados tienen una predisposición genética a padecer esta contractura)

Se ha encontrado correlación entre esta enfermedad y:


Existen teorías acerca de que esta afección pueda ser causada por trauma físico, como en las labores manuales u otras sobreexigencia de las manos. Sin embargo, el hecho de que esta contractura no se conecta con handedness casts, plantea alguna duda.

Síntomas
La primera manifestación de la enfermedad es la aparición de un nódulo duro en la zona de los pliegues de la palma de la mano que molesta por la presencia del mismo, pero no duele. Habitualmente el paciente cree que es un callo por trabajo manual y no realiza la consulta médica en forma temprana. Luego progresivamente el nódulo se transforma en una cuerda que se va extendiendo hacia los dedos y va cerrando la mano. En los estadíos finales de la enfermedad la persona afectada no puede abrir su mano, dificultándose la toma de objetos y la higiene de la misma

Diagnóstico

El diagnóstico de la enfermedad de Dupuytren es exclusivamente clínico. Si el paciente consulta en las primeras etapas de la enfermedad el médico notará el nódulo y/o la cuerda en la palma de la mano, y un muy leve déficit para la extensión del dedo. Pero habitualmente el paciente llega tarde a la consulta y el cirujano diagnostica rápidamente la enfermedad al darle simplemente la mano para saludarlo. El médico evaluará toda la mano afectada dedo por dedo para finalmente examinar la mano opuesta ya que no es raro que aparezca de manera bilateral.

Tratamiento

Los tratamientos hasta ahora aceptados para la Enfermedad de Dupuytren son los siguientes:

  • Cirugía (en casos de severas contracturas, removiéndola);
  • Terapia de radiación (específicamente en estadios tempranos, inhibe su desarrollo contractural);
  • Aponeurotomía de agujas (afloja la contractura);
  • Triamcinolona (kenalog), sus inyecciones proveen alguna mejoría.

La técnica quirúrgica consiste en abrir la piel encima de los tendones afectados y escindirlos, removiendo el tejido fibroso. Los dedos pueden luego no llegar a su extensión máxima, lo cual se resuelve con terapia kinesiológica postoperatoria. Es un procedimiento no curativo, ya que la fascia remanente no afectada puede aún desarrollar la enfermedad y en muchos casos son necesarias cirugías ulteriores. Además, la fascia engrosada suele tomar nervios y arterias digitales, por lo que existe el riesgo de dañarlos.

El tratar esta enfermedad con rayos X de baja energía (radioterapia) puede curar la contractura de Dupuytren, a largo plazo, específicamente si se aplica tempranamente.

El uso de las agujas de aponeurotomía para el tratamiento, es una técnica mínimamente invasiva, en la cual los tendones se debilitan insertando y manipulando una pequeña aguja. Una vez hecho eso, los tendones afectados pueden reacomodarse para volver a traccionar normalmente. Los nódulos no se remueven y pueden reaparecer.

Otra técnica experimental, en fase III de la Food and Drug Administration (FDA) para aprobarla, consiste en utilizar inyecciones de colagenasa.

La contractura de Dupuytren no es una condición peligrosa, y frecuentemente no es necesario realizar tratamiento alguno. Aunque se haga, no hay un modo permanente de parar o curar la afección. Si se acompaña de dolor, la inyección puede aliviarlo. Si el dolor persiste o la función de la mano se hace seriamente imposibilitante, una cirugía estaría ampliamente indicada.

 
 
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MALFORMACIONES DE LA UNIÓN CRÁNEO-CERVICAL

MALFORMACIONES DE LA UNIÓN CRÁNEO-CERVICAL (CHIARI TIPO I Y SIRINGOMIELIA).

Síntesis del documento de consenso, que sintetiza los principales los aspectos científico-médicos, sociosanitarios, psicológicos y legales del abordaje de las malformaciones de la unión cráneo-cervical, específicamente el síndrome de Chiari tipo I y la siringomielia, que se destacan por su frecuencia de presentación y la gravedad de sus síntomas.

El documento ha sido promovido por el Instituto de Investigación de Enfermedades Raras (IIER), del Instituto de Salud Carlos III y elaborado por representantes de diversas Instituciones, Sociedades Científicas y de Asociaciones de pacientes, con el objetivo de identificar de forma consensuada las principales características de las malformaciones cráneo-cervicales y promover el conocimiento de estas enfermedades entre los profesionales de la salud, lo que sin duda redundará en una mejor calidad de vida de las personas con este tipo de malformaciones cráneo-cervicales.
 
Definición
La malformación de Chiari es una enfermedad generalmente congénita que se produce por alteración del desarrollo de los somitas mesodérmicos occipitales, se puede asociar a siringomielia e hidrocefalia, y se caracteriza por la alteración anatómica de la base del cráneo y de las estructuras neurológicas adyacentes, con herniación del cerebelo y del tronco del encéfalo a través del foramen magnum hasta el canal cervical.
La siringomielia es un trastorno crónico de la médula espinal en que una cavidad tubular central se extiende a través de varios segmentos de ésta. Generalmente, afecta la región cervical, aunque puede extenderse en dirección craneal hasta el tronco del encéfalo o en dirección caudal, hasta segmentos torácicos o lumbares. El 90% de las siringomielias se asocia con malformación de Chiari.
 
Clasificación
Existen 5 subtipos (0 a IV) de malformación de Chiari, con diferentes alteraciones anatómicas de las estructuras afectadas. El tipo I es el más frecuente, con herniación de las amígdalas cerebelosas a través del foramen mágnum, habitualmente sin descenso del tronco del encéfalo o del cuarto ventrículo, ni hidrocefalia; y se asocia a siringomielia en el 40% de los casos.
Es frecuente la presencia de otras anomalías asociadas: malformaciones óseas de la unión cráneo-cervical (˜50% de los casos), alteraciones de los ventrículos y cisternas (hidrocefalia sólo en el 3-10% de los casos) y de las meninges.
 
FisiopatogeniaExisten varias teorías fisiopatogénicas respecto del complejo Chiari tipo I-siringomielia, las más aceptadas involucran un factor mecánico (fosa posterior excesivamente pequeña) y una alteración del desarrollo embrionario. Se ha observado mayor frecuencia de Chiari tipo I y II en mujeres, así como asociación de casos en ciertas familias. A partir de estos datos y de la coexistencia con anomalías genéticas (Klippel-Feil o acondroplasia), se ha planteado un factor genético en algunos subtipos, aunque no existen conclusiones definitivas al respecto.
 
Clínica
La sintomatología comienza entre los 25 y 45 años; suele aparecer más temprano en pacientes con siringomielia y habitualmente suele ser de inicio insidioso y curso progresivo. Existe mucha variabilidad en las formas de presentación clínica, desde casos asintomáticos, a casos con manifestaciones clínicas inespecíficas o con signos neurológicos graves. Además, el cuadro clínico puede ser fluctuante, con períodos de agudización y de remisión.
La cefalea suboccipital es el síntoma y la forma de presentación (60-70% de los casos) más frecuente. También puede existir cervicalgia, vértigo, acúfenos, hipoacusia, cefalea retro-orbitaria, diplopia, fotopsias, visión borrosa y fotofobia. Los síntomas relacionados con compresión medular o bulbar son: debilidad y espasticidad en las cuatro extremidades, alteraciones sensitivas en los miembros superiores, alteraciones esfinterianas, apnea, disartria, disfonía o disfagia, neuralgia del trigémino o del glosofaríngeo, sordera neurosensorial, bradicardia sinusal o palpitaciones, síndrome cerebeloso y síndrome centromedular (cuando existe siringomielia).
El examen físico revela cuello corto o de toro hasta en el 25% de los pacientes. Se observan diferentes signos de compromiso neurológico en función de la estructura afectada: primera neurona motora, segunda neurona motora, vías sensitivas (dolor neuropático), vías cerebelosas o pares craneales inferiores.
 
DiagnósticoEl Chiari tipo I en pacientes con sintomatología o sin ella se diagnostica mediante técnicas de neuroimagen. La técnica de elección es la resonancia magnética (RM).
El diagnóstico de siringomielia se establece mediante una RM espinal completa (cervical, dorsal y lumbar). Las radiografías simples y el TAC se utilizan para el estudio de las anomalías óseas; y el TAC craneal es también útil en la monitorización de la hidrocefalia.
Una vez diagnosticado el paciente, se debe realizar una valoración por el neurólogo y el neurocirujano, que incluya además la realización de estudio del sueño y potenciales evocados, con el fin de valorar el grado de afectación y la severidad de la enfermedad y las anomalías asociadas.
 
Tratamiento
Los pacientes sintomáticos son candidatos al tratamiento quirúrgico, cuyos objetivos son: mejorar la relación entre el continente y el contenido a nivel de foramen mágnum; favorecer el flujo de líquido cefalorraquídeo (LCR) a nivel del foramen mágnum; aliviar los síntomas; frenar la progresión del deterioro neurológico, y disminuir las manifestaciones de la siringomielia. Existen diversas técnicas, pero todas tienen en común la descompresión del foramen mágnum, con duroplastia o sin ella. La mortalidad quirúrgica está por debajo del 2% y en el 10% de los casos se producen complicaciones, tales como fístula de LCR, meningitis, hidrocefalia o progresión de la siringomielia.
Figura. Técnica quirúrgica de descompresión occipitocervical
 
 A. Imagen de la escama occipital y las vértebras. B. Incisión en la piel con la craniectomía suboccipital con apertura lateral del foramen magnum. C. Incisión en “Y” de la duramadre por debajo de C1 con preservación de la aracnoides. D. Visión a través de la aracnoides de las amígdalas. E. Colocación de periostio suturado de la duramadre.
AM: amígdala cerebelosa, AR: aracnoides, AV: arteria vertebral, D: duramadre, P: periostio.
 
El tratamiento no quirúrgico abarca el tratamiento del dolor y la terapia de rehabilitación. Para el tratamiento del dolor en el Chiari/siringomielia la evaluación individual del paciente y sus síntomas permitirá elegir el mejor tratamiento y, en muchos casos, mejorar la calidad de vida. Se dispone de tratamientos farmacológicos y no farmacológicos.

Tratamiento farmacológico: el dolor neuropático debe ser abordado desde un punto de vista multifactorial, con fármacos que incidan sobre distintos aspectos del dolor, como la actividad neuronal alterada (anticonvulsivantes y anestésicos locales) y la potenciación de las vías inhibidoras descendentes (antidepresivos), o sobre los centros encargados de conducir y elaborar las respuestas nociceptivas (analgésicos). Actualmente se acepta que existe respuesta a los opiáceos, aunque no tan satisfactoria como la conseguida en el dolor nociceptivo. Se ha sugerido que las combinaciones de fármacos, como opiáceos débiles con anticonvulsivantes, pueden ser más eficaces y requerir dosis menores para tratar el dolor neuropático. Además, se ha practicado la infusión intratecal de medicamentos, tales como morfina, bupivacaína, clonidina y baclofeno.

Tratamiento no farmacológico: prácticamente no existe evidencia sobre estos tipos de tratamiento en pacientes con Chiari o siringomielia. Los tratamientos que podrían beneficiar a estos pacientes ante el fracaso de todos los demás tratamientos se basan, fundamentalmente, en la estimulación eléctrica medular o periférica, una técnica que consiste en implantar uno o más electrodos en el espacio epidural correspondiente a la zona de dolor, cervical o torácica, y que permite, mediante la producción de una corriente eléctrica, interferir la conducción de los impulsos nociceptivos hacia los centros superiores del SNC.

La rehabilitación debe incluir tratamiento fisioterápico y de terapia ocupacional.
Fisioterapia: de acuerdo con las manifestaciones clínicas más frecuentes, los objetivos de la fisioterapia son: disminuir el dolor; normalizar el tono; reducir la espasticidad, mejorar la actividad muscular y la amplitud del recorrido articular; reeducar las reacciones de equilibrio y de enderezamiento; facilitar el movimiento en el nivel de la columna cervical, de la cintura escapular, de los miembros superiores en el nivel de la cintura pélvica y de los miembros inferiores, así como reeducar la marcha y las actividades de la vida diario (AVD). Si es necesario, se intentará disminuir los problemas orofaciales, como disfonía, disartria y disfagia, a través de la mejoría de la función respiratoria.

Existen diferentes opciones terapéuticas, métodos y técnicas de fisioterapia, tales como termoterapia superficial y profunda, electroterapia y masoterapia, para disminuir el dolor; y, para disminuir los trastornos motores suele recurrirse a cinesiterapia general, tratamiento postural, cinesiterapia específica (facilitación neuromuscular propioceptiva, inhibición-facilitación de patrones de movimiento, ejercicio terapéutico cognitivo), técnicas de reeducación de las reacciones de equilibrio y enderezamiento (reeducación del síndrome cerebeloso), técnicas de reeducación de la marcha y de la función orofacial, hidroterapia y balneoterapia.

Logopedia: las malformaciones cráneo-cervicales pueden producir alteraciones del lenguaje por parálisis, debilidad o incoordinación de la musculatura del habla, y originar trastornos motores y funcionales que afectan la fonación, la resonancia, la articulación y la prosodia. El habla, la deglución, la fonación y la respiración son funciones que pueden estar alteradas en las personas con síndrome de Chiari y siringomielia, y forman parte del campo de rehabilitación del logopeda. Existen intervenciones preventivas y paliativas, según el momento evolutivo en que se encuentra el paciente.
Técnicas de osteopatía cráneo-sacra: la osteopatía cráneo-sacra es un recurso terapéutico más dentro de las terapias manuales en el abordaje de síndrome de Chiari. Su finalidad es minimizar la sintomatología y mejorar la calidad de vida del paciente. Las técnicas operan sobre dos principios básicos: la integración de la biomecánica vertebral y la normalización de la biodinámica tisular. Estos principios, en conjunto, integran una unidad funcional, el sistema cráneo-sacro, cuyos componentes se influyen e interactúan. Las intervenciones sobre la biomecánica del eje cráneo-sacro y las actuaciones sobre las restricciones de tejido conectivo y la matriz extracelular donde suceden todos los procesos metabólicos enzimáticos y de transmisión de estímulos son las bases terapéuticas de la osteopatía cráneo-sacra en este síndrome.
Tabla 1. Algoritmo terapéutico del paciente con siringomielia
 
 

Aspectos psicológicosEl síndrome de Chiari y la siringomielia provocan una crisis en el paciente que, como toda crisis, puede aumentar su vulnerabilidad psíquica.
El abordaje terapéutico de estas patologías, por lo tanto, debe ser biopsicosocial, pues debe abarcar al paciente en toda su dimensión, sus esferas biológica, psicológica y social, por lo que se requiere una intervención combinada, médica y psicológica. Los principales objetivos de esta intervención son reducir las repercusiones biopsicosociales derivadas de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Así, la psicoterapia debe ser considerada imprescindible para el tratamiento integral de las personas con síndrome de Chiari y siringomielia. Desde esta perspectiva existen opciones terapéuticas que disminuyen las repercusiones biopsicosociales causadas por la enfermedad y mejoran la calidad de vida del paciente.
El tratamiento psicológico de las personas con estas patologías se centra en los siguientes aspectos:
  • Conocer la realidad de los síntomas del paciente y su incapacidad asociada.
  • Proporcionar al paciente y a la familia educación adecuada sobre la naturaleza del síndrome.
  • Tratar los posibles trastornos por depresión y por ansiedad secundarios a la enfermedad que se identifiquen.
  • Ayudar al paciente a superar los obstáculos interpersonales y laborales, para mejorar su autoestima.
Aspectos sociosanitarios del SFCEl manejo de las malformaciones cráneo-cervicales debe comenzar con una adecuada orientación diagnóstica, mediante la anamnesis y la exploración física. Dada la variabilidad de su expresión clínica, estas malformaciones no se suelen diagnosticar en los equipos de atención primaria, la puerta de entrada natural al sistema sanitario, sino que se diagnostican fundamentalmente en atención especializada o en los servicios de urgencias, a los que acude el paciente en las fases de agudización de la enfermedad, que por lo general suele ser oligo o asintomática al comienzo de la evolución.
 
Estos enfermos suelen recurrir a múltiples especialidades médicas (neurología, neurocirugía, medicina interna, psiquiatría, pediatría, rehabilitadores, fisioterapeutas, psicólogos, unidades de dolor, médicos de familia, etc.) en busca de un diagnóstico, por lo que sería recomendable sistematizar la asistencia, así como la cooperación y la coordinación entre asistencia primaria y especializada para un adecuado manejo de las malformaciones cráneocervicales.
 
Los pacientes suelen requerir planes de cuidados individualizados, así como un seguimiento prolongado. Estos cuidados se deben basar en la formación de un verdadero equipo sociosanitario, que incluya a los profesionales de la salud y de los servicios sociales, y al entorno del paciente, familiares y amigos y compañeros de trabajo.
 
El médico de familia es el responsable de coordinar la atención de los pacientes con los diferentes profesionales y servicios involucrados en el cuidado de éstos. Por ejemplo, lo óptimo es que el fisioterapeuta participe en las consultas de control para que ambos profesionales atiendan al paciente conjuntamente. El asistente social también es una figura clave en el abordaje multidisciplinar de estos pacientes en los centros de salud.
 
Estos pacientes también precisan de una cobertura "especial" para los trámites administrativos. Estos síndromes pueden ser motivo de incapacidades transitorias, a menudo de larga evolución, o definitivas. El médico de familia debe conocer perfectamente el grado de limitación que presentan sus pacientes para gestionar las incapacidades transitorias y redactar los informes necesarios de forma coordinada con el especialista, el asistente social, el fisioterapeuta y los servicios de psicología para iniciar el proceso de incapacitación laboral definitiva.
 
Otros aspectos a considerar son la necesidad, en algunos casos más severos, de atención médica domiciliaria; la participación de la comunidad, especialmente de asociaciones de individuos afectados por el mismo problema; la educación de la comunidad respecto a esta patología; la formación de los profesionales de la salud en relación a las malformaciones cráneo-cervicales; la educación del paciente y de su entorno familiar y social; aspectos laborales (incluidos los horarios y el ámbito de trabajo) y aspectos legales (derechos de individuos con minusvalía a nivel laboral y de cobertura sanitaria).
 
Necesidades de apoyo a la integración: El paciente debe restablecer, en lo posible, su función dentro de la sociedad. Para ello necesita apoyos que le permitan integrarse a los diferentes roles sociales, pero con la nueva situación de enfermo y, en ocasiones, de dependencia. Esto deberá ser considerado desde los diferentes aspectos: social, educativo, laboral y de relación. Por otra parte, es necesario que se adecuen la legislación y las normativas actuales para que se consideren estas enfermedades como posible causa de discapacidad y de invalidez.
 
Asociacionismo útil: Las asociaciones cumplen, en muchas ocasiones, funciones para las que existe un "vacío" por parte del Sistema Público o que éste simplemente no puede afrontar. Por esta razón, las asociaciones son actualmente un eje prioritario de ayuda al afectado.
 
Conductas y actitudes a seguir
  • El paciente y la familia deben estar bien informados sobre la enfermedad: saber en qué consiste y conocer las manifestaciones clínicas y las diferentes opciones terapéuticas.
  • Es importante que el paciente y su familia participen y colaboren en el tratamiento, y que identifiquen las estrategias disponibles para afrontar el problema.
  • El diagnóstico médico debe ser preciso y temprano para evitar la progresión del daño a nivel del SNC.
  • Es aconsejable que el paciente se desenvuelva en un ambiente agradable, relajante, que lo ayude a controlar la ansiedad y el estrés.
  • Durante el descanso se buscará una posición favorable: la posición en decúbito supino, con la cabeza apoyada sobre una almohada, no en una posición baja, que permita una buena alienación de la columna cervical y la cabeza. Esto ayudará a mantener la musculatura en una posición adecuada. También está indicada la posición en decúbito lateral.
  • Es importante que la persona mantenga su independencia funcional, que realice las AVD dentro de sus capacidades; esto lo ayudará a mejorar su autoestima.
  • El paciente debe tener cuidado al manipular objetos con temperaturas extremas, pues puede sufrir quemaduras si existen alteraciones de la sensibilidad.
 
Conductas y actitudes a evitar
  • Manipulaciones a nivel cervical y las posturas en hiperextensión cervical máxima (la que se adopta en la peluquería, en el dentista, etc.).
  • Posturas incorrectas, como dormir sin almohada, sin respetar la curva fisiológica de la columna cervical.
  • Contracturas musculares.
  • Exceso de actividad física, si esto desencadena los síntomas.
  • Situaciones de estrés y la ansiedad.
  • Insomnio, si es preciso recurriendo al tratamiento del mismo. Es importante que descanse y logre un sueño reparador.
  • Estreñimiento.
AutoresAmado Vázquez, Mª Eugenia (Asociación Española de Fisioterapia)
Avellaneda Fernández,Alfredo (Instituto de Salud Carlos III)
Barrón Fernández, Javier (Osteopatía, Cantabria)
Chesa i Octavio, Ester (Associació d'Afectats de Siringomièlia)
De la Cruz Labrado, Javier (Sociedad Española de Psicología)
Escribano Silva, Mercedes (Asociación Española de Fisioterapia)
Fernández de Gamboa Fernández de Araoz, Marta (Asociación Nacional de Amigos de Arnold Chiari)
García-Ramos, Rocío (Sociedad Española de Neurología)
García Ribes, Miguel (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria)
Gómez Triguero, Carmen (Sociedad Española de Rehabilitación Médico-Física de Madrid)
Insausti Valdivia, Joaquín (Sociedad Española del Dolor)
Isla Guerrero,Alberto (Sociedad Española de Neurocirugía)
Izquierdo Martínez, Maravillas (Cátedra de Salud Pública y Gestión Sanitaria, Universidad Europea de Madrid)
Navarro Balbuena, Ramón (Sociedad Española de Neurocirugía Pediátrica)
Ramón Giménez, José Ramón (Instituto de Salud Carlos III)


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